domingo, 9 de marzo de 2008

¡Asesinos a sueldo a mí! (1)


Me he propuesto publicar una serie de articulitos sobre los asesinos a sueldo que en mi corta vida he conocido. La serie va dedicada a mis compis de clan, mis klankides, para que aprendan de los grandes.

Grande grande es (¿debería decir "fue"?) Sacha Vodrine. Os contaré cierta historia que quizás tenga algo que ver con él.

En el otoño de 1972, como en todos los otoños de todos los años, se produjeron ciertos sucesos sangrientos. Un jubilado cayó al vacío desde la ventana de su apartamento en Colonia. Un hombre de negocios israelí apareció muerto en una calle de las afueras de París. Un ciudadano alemán desapareció en Santiago de Chile. Y un respetable doctor falleció durante una cacería en Bretaña. Nadie relacionó entre sí estos hechos.

Seis años después, en 1978, Sacha Vodrine pescaba tranquilamente en el Volga, cuando recibió una llamada que le hizo volar urgentemente a Francia. Y alguien supo que regresaba, que en 1972 ya había estado allí.

Ni existen pruebas ni existirán, pero se habló de cierto cabecilla del Partido Comunista Francés, el partido de los fusilados, de la Resistencia, que podría haber trabajado voluntariamente, en los años 30, en Alemania, en la fábrica aeronaval Messerschmitt, de donde salieron los aviones que luego bombardearon Londres y Guernica.

El tal cabecilla siempre negó que semejante episodio figurara en su intachable biografía de comunista, pero la hija del respetable doctor muerto en 1972, Madeleine Fignac, ella también comunista, pero de base, sospechó algo y comenzó a investigar.

NOVELA:
Thierry Jonquet: Del pasado hagamos tabla rasa (Du passé faisons table rase)
Gallimard, 2006

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre es bueno aprender de los maestras, Merche. Seguiremos con atención estas entradas.

Merche Verdugo dijo...

No es que os quisiera llamar aprendices ni aficionadillos, ¿eh?