jueves, 13 de marzo de 2008

V DE VENDETTA

He vuelto a ver “V de Vendetta” que ¡es un peliculón como la copa de un pino! Extraordinaria. Excelente. Magnífica. Colosal. Y es que me gusta dejar las cosas claras desde el principio.


La verdad es que todos los que tenemos un trabajo que podría denominarse como violento, nos sentimos, en parte, un poco justicieros. Quizá sea un subterfugio para engañarnos a nosotros mismos, pero siempre nos gusta pensar que tenemos un halo romántico. Como V, el protagonista de la película.

Aunque es de justicia reconocer, antes que nada, las bondades de Natalie Portman. Personalmente, mi mitomanía cinematográfica, o viste sombrero (Wayne, Bogart, Mitchum, etc.) o está fotografiada en blanco y negro, con esas musas del género noir, turbadoras e inquietantes (Lauren Bacall, Gloria Graham, Gene Tierney...) Pero desde que vi “León el profesional” me quedé prendado de una joven actriz... que ha crecido la mar de bien.



En “V de Vendetta”, Natalie está sobresaliente y la película, teniendo en cuenta que está protagonizada por un sujeto camuflado tras una máscara de porcelana, necesitaba que el rostro humano visible resultase creíble e identificable. Y que fuese muy especial. Misión cumplida.



Además, la película ha sabido actualizar la novela gráfica en que está basada, para hablar de algunas cuestiones muy de actualidad. En primer lugar, de la funesta labor desarrollada por los medios de comunicación de masas que, más que informar, hacen propaganda. Segundo, de los campos de detención ilegales, convirtiendo a Larkhill en un trasunto de Abu Graib, siniestras capuchas incluidas. Tercero, del miedo al otro, al diferente, al inmigrante.

Y de las mega-macro-hiper conspiraciones gubernamentales para perpetuarse en el poder, reduciendo la libertad de sus ciudadanos ante esa supuesta dicotomía Libertad-Seguridad. Y de la eterna polémica sobre si la violencia es un método legítimo de autodefensa o no. ¿Dónde termina el héroe y comienza el activista? ¿Dónde está el límite entre éste y el terrorista?



Son muchas y de mucho calado las cuestiones que plantea “V de vendetta”, y lo hace a través de un espectáculo visual y pirotécnico de primer orden, con un ritmo endiablado y con unas imágenes absorbentes y adictivas.

Personalmente, no puedo evitar sentirme como ese héroe enmascarado, algunas veces, en el cumplimiento de mi trabajo. Que anda que no he quitado de en medio a según qué ratas de cloaca, tipejos miserables y gentuza de baja estofa...

Remy.


5 comentarios:

Twister dijo...

Esta película me parece una pasada, me gusta vuestro blog.

Seguiré leyéndoos...

Merche Verdugo dijo...

Yo no la he visto. ¿Merezco morir?

Anónimo dijo...

Pues a mi me parece que la película ha perdido todo el ímpetu libertario que tenía el tebeo que es, para mi, mucho mejor que la película.

Tana Marcchese dijo...

Pues aunque por corporativismo debiera ponerme de parte de mi colega Remy, soy de la opinión de Mr. Anónimo: el tebeo lo devoré, la película la vi en el ordenador (a Luigi no le interesaba nada nada, así que prescindimos del televisor) y no me enganchó en absoluto.

Merche, como el del chiste: tanto como la ejecución, no, pero un par de leches bien dadas...

Anónimo dijo...

Yo la vi en el cine con agrado (y especial satisfacción por el homenaje a Benny Hill que se marcaba el personaje de Stephen Fry). Pero a decir verdad, no he sentido la menor inquietud por verla de nuevo. Y sin embargo, el tebeo lo he releído unas cuantas veces.