martes, 11 de marzo de 2008

Del amor al odio

Hace poco más de un año, un suceso real parecía reproducir el típico crimen de habitación cerrada. Bueno, más bien de pueblo cerrado, pero es que un pueblo de poco más de 30 habitantes bien se puede considerar como una habitación grande: si en un minipiso o solución habitacional se pueden alojar dos personas, anda que no cabe gente en un salón-comedor como dios manda.


Me refiero, claro está, al conocido como “el crimen de Fago” (no confundir con Fargo, donde también hay nieve pero queda más lejos). El caso es que el alcalde, Manuel Grima, caía en una emboscada y un desconocido le metía un par de tiros en el cuerpo que lo dejaban para los restos.


Como quiera que el alcalde se había granjeado el cariño de al menos la mitad de los habitantes, el misterio estaba servido, igualito igualito a tantas novelas y pelis con las que he ido alimentando mi instinto criminal. Y uno de los sospechosos, el guarda forestal Santiago Mainar, no dudaba en chupar cámara ante las expectación despertada en los medios de comunicación (los quince minutos de gloria a que todos tenemos derecho) y se dedicaba a largar una lindeza tras otra incluso en el Informe Semanal que, por cierto, desde que ya no está Rosa María Mateo no es lo que era (como el Vaticano no es lo mismo sin Papaloma Gómez Borrero, por otra parte).


Unas semanas más tarde, el citado guarda forestal se confesaba culpable del asesinato, aunque se desdecía poco después de prestar declaración. Y se da la circunstancia de que víctima y presunto asesino, ambos naturales de Zaragoza, habían sido buenos amigos de juventud. Es más, fue Grima quien primero se trasladó a iniciar una nueva vida en Fago y, poco después, invitaba a Mainar a hacer lo propio. “Aquí se vive de muerte”, creo que le dijo para convencerle.


El caso no está resuelto, ni mucho menos. Mainar asegura que si confesó el crimen fue para evitar una caza de brujas en el pueblo, como si éste necesitase una cabeza de turco y a él no le importase desempeñar el papel. El pueblo, un año después, sigue enfrentado. Con decirte que la placa que algunos vecinos colocaron en el aniversario del asesinato en el lugar en que Grima fue abatido apareció destrozada al día siguiente... Sin embargo, TVE comenzaba ayer mismo la emisión de una miniserie que recrea los hechos. Eso sí, no ha habido pelotas para utilizar el pueblo como escenario para el rodaje de los exteriores ni a los vecinos como extras, que tampoco es cuestión de tocar las narices demasiado.


Como buena italomaña frecuento el Pirineo, concretamente la misma comarca de la Jacetania en la que se encuentra Fago, y recuerdo una conversación de bar, en torno a una partida de guiñote, pocos días después del crimen. Nadie, nadie, se echaba las manos a la cabeza por la radical manera de resolver diferencias de criterio. El tema de conversación era, simplemente, cómo lo habrían hecho ellos para no ser pillados por la pasma y qué habrían hecho con el arma homicida para que jamás fuera encontrada.


Una se dedica a este negocio y no se asusta fácilmente, pero desde ese día me dije que iba a tratar de llevarme lo mejor posible con mis vecinos: no riego las plantas fuera del horario establecido, pago religiosamente mis impuestos, invito a cervezas en el bar del pueblo, mantengo abierta la puerta de la panadería cuando me cruzo con alguna lugareña, saludo a todos los niños (incluso a los que le tiran alguna piedra a mi perro, criaturitas, si lo hacen por jugar) y jamás llamo la atención a la vecina de enfrente por aparcar el coche en el lugar que no le corresponde.


Y es que nunca he tenido afán de protagonismo y no pretendo que una serie recree mis últimos años de vida. Además, que soy demasiado joven para palmarla y una se debe a su hijo, al que debe criar, y a sus clientes, a los que debe suicidar.


6 comentarios:

LA CASA ENCENDIDA dijo...

vengo desde "Boquitas Pintadas". Ayer ví es primer episodio al que te refieres, y espero ver los dos siguientes si son iguales.
Me ha gustado leer tu entrada, además de informar lo haces de formas simpática, espero venir por aquí en más de una ocasión.
Saludos

Tana Marcchese dijo...

Pues aquí te esperamos esta cuadrilla de delincuentes que nos ocultamos (no mucho, todo hay que decirlo) en esta tu guarida. Que lo disfrutes.

Anónimo dijo...

Yo también vengo de allí. No está nada mal tu blog.

Tana Marcchese dijo...

Sé bienvenida tú también, Peke. Ah, y no es mi blog, que esto es cosa de cuatro maleantes (de momento).
Por cierto, buena chica la Noemi que nos envía lectores...

Noemí Pastor dijo...

Porque lo bueno hay que promocionarlo.

comopompasdejabon dijo...

Vengo desde el blog de Noemi, una información diria yo que apunta, dispara y da en el blanco.
Tanti saluti, ciao.